sábado, 23 de abril de 2011

Tasa natural de des-empleo y des-esperanza de vida.


Eres parado,
yo lanzada sin derecho a paro,
me emplean en la explotación diaria
hasta que,
lanzadera camicace
me apriete aún más el cinturón
de in-molarse,
deje de respirar
y un día explote de verdad.

Mi salario no tiene la misma sal que mi salero
con el que sazono mis huevos,
y, aunque a ti te aprecio,
no tengo precio y sí desprecio
las mil monedas que me arrojan como a un perro
a cambio de mi vida y mi tiempo.
Trabajadora para cuenta ajena
en detrimento de la propia.
Capitalismo o comunismo,
extremos inútiles de esta cuerda floja
del estado del bienestar,
un ideal noble vendido al consumismo,
y ahora debe encontrarse en nunca jamás
o más allá,
pues en el camino se tensa y nos ahoga.
¿Estás bien?
Yo estoy mal:
Mi llamamiento a la des(e)obediencia
no logra la insurrección social.

Que no te paralicen tus penas
pues aunque las cotizas al alza,
no cubrirán tu júbilo
jubilado
sin ni siquiera la media pensión
que, a este paso,
nunca alcanzamos.

Seré tu empresa,
trabájame
con gusto
pagaré tus impuestos revolucionarios
y tu InSeguridad Social
para cuando estés de baja o de bajón.
Te retengo un porcentaje de secretos
básicos para no quebrar cuando no estás,
te detendría a jornada completa
y trabajando a destajo,
pero la esclavitud se abolió
y se me echan encima de inmigración.
Te reduzco las dietas,
para que no engordes y te crezcas.
Si cumples las obligaciones con nuestra hacienda,
que somos todos,
algunos más que otros,
quien menos tiene sobre todo,
aunque tú dispones de un patio pequeño en ella,
te deduzco parte de la deuda,
sino, te embargo la mirada,
también tu lado de la cama.
Te prorrateo las vacaciones
para que algún mes veranees en mis orillas,
Mi despido es involuntario,
forzada mi despedida,
no hay indemnización por el adiós,
acordamos el finiquito y al paro,
que nunca se acaba, aunque sí la ayuda.
Cuando declares tu renta,
haz una cruz en mi casilla,
donde reza
Para esta niña toda mi riqueza,
si es negativa, dejémonos de eufemismos,
también mi pobreza”.
Yo te abriré la ventana y la puertecilla.


Apruebas mi oposición
y trabajas para mi estado
(de ánimo),
Yo estoy cerca de ser un ánima
animadora
que apuesta por tu equipo
aunque vaya en mi contra.
Porque ya morí
(de la risa)
y a ti aún te quedan fuerzas en las piernas
y cosquillas en los pies,
no te dejes vencer.

Tu tasa de pasividad es natural,
como mi des-esperanza de vida.
Deseo tenerte cerca
y, porque odio la espera,
exaspero reinventando el patetismo
poniéndome papeleras en la cabeza
para que eches los poemas que deseches.
Los desarrugo,
te leo(lo),
te descubro,
tal como eres.

No meto mi cuerpo entero
porque no he encontrado un contenedor
para mis residuos orgánicos
¿Quieres contenerme? 
¿Te contengo?
Mi reciclaje sería nefasto,
tampoco me gustan los puntos blancos,
en los que mi mente nunca se queda,
pues ya ves cuántas hojas caídas llena.

Cada día mi razón hace leña
con los despojos del árbol caído,
convenciendo a mi corazón de su irracionalidad,
quien la amenaza con la huelga general,
mandar piquetes a las arterias
y evitar que el tráfico de sangre y oxígeno
fluya hasta mi cerebro,
que celebra haberte conocido.
Él tiene la sartén por el mango,
a menos que el estómago,
ácrata radical,
ruja ante cualquier intento de gobierno,
zanje esta discusión de órganos
merendándose a ambos.
El sexo es el órgano impronunciable,
la llave que no se abre,
no suena porque va de intocable
(como los de Elliot Ness).

Hoy no seré luna,
ni tendré un mar en medio,
ni te retaré a un poema.
A mi pesar, y sólo hoy, seré una a-miga
que te tiende la mano
para que cojas el a-brazo
y paseemos juntos en este lunes al sol.
Jugaremos al dominó,
la dominadora seré yo,
luego echaremos un chinchón,
que a chinchar no me gana ni dios,
y no sé qué voy a dejar para cuando sea mayor,
pero para el mundo que no nos espera,
sin viajes del imserso ni dentaduras postizas,
mejor agotarlo todo,
low cost y mochila
sin escatimar en la sonrisa.
Si algún día aterrizas
y dejas de estar entre mis cien pajaritos volando
para que te agarre de la mano,
quizá me atreva a un musss...

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