domingo, 3 de abril de 2011

SuperLuna (19/03/2011)

Quizá sea mi heroína, mi droga más pura, aunque las estrellas la llamen puta, tengo una relación especial con ella y la admiro. Tal vez porque también tengo un mar en medio, mi particular Estrecho y, por eso, también influye en mis mareas. Hoy, en los Baños del Carmen, estaba más cerca que nunca, pero sigue inalcanzable, o no, quizá todo dependa de dónde se encuentre uno... He pensado en qué será de nosotros dentro de muchos años, cuando vuelva a acercarse tanto. Si seguiré aullándole en silencio, si lamerá mis heridas y si seguirá presente en mis reglas. Hoy es luna llena, de deseo y poesía, por eso he recopilado alguna de tus letras, Selene,  libre en tu soledad, iluminándonos con tu mirada. Qué pena que algo bueno, como descubrir a Endimión  en aquel refugio,  conllevara la pérdida del significado de la palabra refugio.

En la madrugada de mi bolsillo no había monedas para el deseo, sólo una poesía arrugada para la luna. Pero en la madrugada del estanque la luna ya estaba llena, hasta reventar, de deseo y de poesía, así que el papel fue, una vez más, papel mojado. Yo también me mojé, una vez más… Cogí las monedas del fondo para tomarme un café bajo un sol previsible. Pues no pasó lo imprevisto, yo quería "bañarme en tus ojos y que se jodiera el mar".

La luna lunera es luna salvaje
y porque no sabe contar,
cuenta,
historias de putas y ángeles.
Y porque no sabe jugar
le aburren los juegos de damas
y en su ajedrez se mueren el rey y la reina,
sube el peón a la torre,
se suicida la cursi doncella
asesinando al príncipe del cuento azul,
comprobando el color de su sangre real.
Homicidio involuntario.
El caballo, del gusto, se corre.
Corrida de caballos.
Aposté que el cojo ganaba la carrera.

Y, porque no quiere soñar más
pasa la noche en vela,
se le fugan los deseos
mientras mira a las estrellas.

Si está en cuarto creciente,
córtate el cabello, Sansón sin miedo.
No temas perder la fuerza,
que si por Dalila no pierdes la cabeza,
será el tiempo quien te deje calvo,
te haga perder los dientes
y ella se vuelva obesa,
o se mate a hambre y pesas.

En luna nueva te dará la espalda,
cambiará su velo de cara al amanecer,
pero no sigo que te desvelo
el talle
de mis versos
y acordamos que los leerías con los dedos.

En cuarto menguante no hurgues en su cráter
donde ahora late
un reloj.
Que por dejar huella en ella,
la marcaron con un pisotón.
Se hizo pequeña hasta casi desaparecer.

La luna llena aúlla
para los nómadas de lo prohibido,
luna que tiene boca y se equivoca,
nunca podrá limar su lengua con palabras civilizadas
porque sus rimas son esdrújulas y sus horas brujas,
alimenta a sus bestias.

Que el poeta la amanse,
pero que no la meta en el estanque,
que ella sólo riela en agua salada
es la reina del mar y sus tormentas
y de la noche se cuelga.



Poeta,
tentaste a la luna nueva,
que abandonó su torre vigía,
acercándose mucho a ti
y aunque no llevaba escudo,
ni armas,
no pudo evitar su naturaleza guerrera.
La hiciste crecer,
se confió, menguó y se llenó,
de rodillas golpeó la tierra,
para hacerte temblar con ternura.
Tras el seísmo, solo nubes de cenizas.

Seguiste tentando,
tensando la cuerda de la locura,
mientras ella solo pedía a Gea
que, fraternal, se compadeciera.
Que se detuviera
para verte cada noche,
o que avanzara rápido,
salieras disparado
y el olvido te hiciera su blanco,
pues cada vez que estáis cerca,
un terremoto sacude su existencia.
Y vuestra historia embriaga a la eternidad,
a quien nunca le gustó leer novelas.

Yo no te tiento, ni siquiera en esta noche negra,
en que el cielo es un tablero recién pintado,
y otra vez la luna se llena:
una mancha por cada tentación.
De nuevo penitencia.
Luna funámbula,
más te valdría ser atea,
abajo hay espectadores
y estás enseñando las bragas,
no las cagues más,
pues hoy están especialmente visibles,
con esta antilogía poética,
que terminas con versos alguna noche
y otras,
en la cuerda floja,
te la juegas a tientas.
Al final te perderás,
cuando se despida tu ángel fugaz
con rimas y no con besos,
hablando de llegar “a_Marte”,
sabías que con llegar a ti no se conformaría,
un soñador sólo desea su sueño
hasta que en un amanecer real deja de serlo.
Por eso esconde las manos y las caricias
ahora que estás al alcance.
Piérdete.
Vuelve al reino de tu cielo. 

Él es el inalcanzable.

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