viernes, 17 de junio de 2011

TOC-TOC

Tengo un TIC: Hago TOC-TOC en un TIC TAC porque soy la tita liantita y la lío en un ti-tá. Casi siempre dedico mis cosas (palabras, risas, lágrimas, borracheras… vidas y muertes)  implícita- mente a mis amigas maravillosa-mente locas a las que recurro recurrente-mente, a mis amigos que ríen con mis locuras y me abren las puertas de las suyas. Pero sobre todo a ti(I), a quien siempre-siempre tengo presente y te doy tu beso de cada día aunque tú no quieras, pues soy yo quien de no hacerlo, sentiría la soledad más absoluta. A ti(II) que te debo la vida terrenal porque casi vuelo recién nacida en busca de la celestial. A mis niños que hacen de la tierra un paraíso de risas y fechorías. A mis otros niños que ladran, maúllan y zapatean. También a ti(III) que excitaste mi creatividad y fuiste el juguete mágico de una cría que no sabe jugar.

TOC: Trastorno obsesivo compulsivo
TIC: Trastorno involuntario compulsivo
TAC: Trastorno automático compulsivo

Trastornada, obsesiva, compulsiva, impulsiva, redundo y compulso mi pulso, pues el original calló sin latido cuando me ganaste la partida. La supervivencia siempre fue involuntaria, la escritura necesaria, un acto que, por inercia, me salva de ser un ser inerte, una piedra.

Doc-toc, tengo un tic:

TOC-TOC
Es un tic nervioso el de llamar a tu puerta
para que me abras
cuando mi mente se cierra.

TOC-TOC
Abre la muralla,
que sin ser la China,
sé que para mí está abierta,
aunque sea una fría madrugada
haciendo competencia desleal
a la pequeña tienda de ultramarinos,
de dónde yo vengo,
pues soy una lata,
de conservas,
made in El otro lado del mar.
Conservo todas las emociones en aceite,
de escabeche,
que hacen de mi una escabechina,
pues no caducan aunque el tiempo vuele.
Si algún día quisieras deshacerte de mí,
ni mi coste cubrirías,
te costará menos regalarme
y yo podré engañarme
pensando que quien me acepte,
será porque me quiera de verdad,
aunque lo más simple,
simple-mente,
sería pensar en mi gratuidad.
Soy una malnacida agradecida,
te agradezco que me quieras,
y como a caballa regalada no se le mira el diente,
yo, sin juicio, te enseño las muelas.
Añoro la otra orilla del mar
y lo profundo de este,
pero yo no tengo agallas,
para hacer de mi caja una barca
y surcar por los surcos de los surcos,
y naufragar por los náufragos de los náufragos,
intentando salvarlos
o  reahogarlos.
Amén.

TOC-TOC
Si algún día no contestas,
mi delito será
allanamiento de morada,
de mirada yo no miento.
Y si lloro sin lamentos,
voy a tu casa para robar mi carcajada
que me birlaste cuando de mi te burlaste
y que ahogaste en tu mullida almohada,
para no romper  el estrepitoso silencio de la noche.

TIC-TAC
Tengo un guante blanco con el que robarte el reloj,
para llevar la cuenta atrás
y volver a lo vivido,
pues el tiempo siempre va en contra del ladrón,                     
pero como “estoy robando a otro,
tengo cien años de perdón”
No me absuelvas, no viviré tantos.
No me perdones las faltas,
ni las graves, ni las leves,
ni las grabes, ni las escuches.
Ni las ortográficas.
Ni mis faltas de tino.
No me perdones cuando me ausente
 fingiendo mi muerte.
Para que no me reconozcas en el asalto
a mano armada,
llevo la media en la cara,
para que tú me la partas entera
y con el calcetín vistiendo tu mano,
juegues conmigo a marionetas.
Quiero matar al mundo
y saco la metralleta,
bombardeo su núcleo,
haciendo de su corazón un colador,
olvidando que también yo soy carne de cañón.
Y sangra magma
y yo me quemo
y llueven cenizas
y yo me muero
(no-de la risa)
ente asfixia y carbón
de azúcar,
por no-ser buena a consciencia.
¡Qué dulces pompeyenses!
La eternidad fue vuestro pastel
al que hincasteis el diente,
pero estaba demasiado caliente.
Y soñasteis para siempre.
Cenizas sobre cenizas,
grises sobre grises,
yo sobre ti,
tú sobre mí.
No.
Eso ya lo viví.
¡Humo de mí!
Polvo.
Suicida.
Asesina.
Dama Drama,
Desdramatiza.

Es un tic disparar antes de la pregunta.
Los muertos no mienten.
Es un tic diseccionar sentimientos,
es un tic mi toc toc.
Es un tic repetido
que en un tic tac,
suena con dos golpes secos:
TOC-TOC
mi cabeza contra tu muro,
pienso demasiado en ti,
te repienso,
te redundo,
repaso,
recuerdo,
odio y quiero.
Desaparece.
Es un tic repetido
que en un tic tac,
suena con dos disparos secos:
Bang-bang
¡Humo de mí!
Pero no desapareces.
Te me repites y te eructo
y vuelvo a sentirte con otro sentido,
pues si te supe y te saboreé con gusto,
ahora te huelo con disgusto,
mi nariz percibe la acidez del susto
por los paraísos que pudieron ser
en mi piel de Edén,
y ahora solo son paradisos perdutos.
De mi boca desaparecen los besos,
pasa del pecho,
el nudo,
al estómago,
tú eres mi empacho.
Tu recuerdo sabe a hiel.
Necesito un alma-x.
Un alma-cualquiera no sirve para volver a soñar.