domingo, 20 de febrero de 2011

Tango "la curiosidad" ¿Qué tienes tú?

Me InvItas a baIlar un tango y yo no me nIego porque me pIca la curIosIdad con la que ya sabes que me salen ronchas que me rasco como sI tuvIera azogue.  Y baIlo aunque no sé hacerlo en pareja, dIsculpa los pIsotones, soy una IndIvIdualIsta elevada a la n-ésIma potencIa, confundo las notas y las letras, no sé sI baIlamos un tango porteño o un tanguIllo gadItano. Y sI me pIdes Ir de negro, con los labIos rojos y con tacones de aguja, yo voy descalza para que me calces, nunca me pInto la sonrIsa y para colmo, me presento desnuda. “Hazme un traje”, toma las medIdas (de proteccIón) oportunas, ponte el dedal en el dedo que vayas a utIlIzar, yo te enhebro la aguja, para que me remIendes y me zurzas, espero que seas un buen sastre, pues yo soy un desastre y un mal manIquí. Tengo la IntencIón de alejarte, pero lejos de eso, tú no me ves mal y te acercas ¿tan cIego estás?

SI me pIdes que te recIte a Neruda, te escrIbo veInte poemas de desamor y una cancIón de esperanza solo por llevarte la contrarIa, pues odIo la espera y la esperanza, aunque sea una verde palabra. Igual “te gusto más cuando callo porque estoy como ausente”, ausente del hIelo real y en el sueño presente. Pero soy la que callo y la que cae, la que otorga y la que habla, la que grIta, sonríe, ríe, susurra, gIme o llora, llorona. Y, sobre todo, la que lee y la que escrIbe, a palabra descubIerta o de forma anónIma, la que así sobrevIve, saboreando la creatIvIdad. Todas ellas me componen y me re-componen cuando me rompo y me co-rrompo.

SIn conocerte te hIce una declaracIón de IntencIones que aún debe estar fIrmada en la pared de algún bar con el lápIz perfIlador de ojos cuya punta dejé roma, adonde todos los camInos llevan, pues yo solo le saco punta a las palabras. Los nIños y los borrachos nunca mIenten, las nIñas y las borrachas ¡qué sé yo! No te hIce el esquema, nI el manIfIesto comunIsta de condIcIones, no tracé el mapa que te llevara bajo mI ventana, pues tus manos no sujetaban mI cIntura, que no necesItaba de sujecIón nI apuntalamIento porque ya no se quIebra como un junco seco. Y yo, esa noche, jorobando a mI monja de clausura, le puse los cuernos a mI celIbato un rato.

La sIguIente vez solo te mIraría de reojo, sIn perfIlarte, sIn acercarme, solo controlaba tu posIcIón y movImIentos. Y cuando desapareces, nI sIquIera lo Intento, no es el momento de hablarte, hombre de mI vIda, okupa I-legal en esta parcela de breves Instantes.

Atando cabos, quIén sabe sI juntando mIguItas de mIjItas, cuando no te esperaba, aparecIste bajo mI ventana, Cyrano, pero no das la cara nI te la partes, porque has de proteger tu penacho. Te confesaré algo aunque no busco tu absolucIón nI mI penItencIa: no soy Roxana, tampoco nInguna JulIeta, nIngún corsé aprIsIona mIs tetas, no me mandes a un guapo galán de emIsarIo y te escondas tras la maleza, no arrojaré mIs trenzas para que trepe dándome tIrones del pelo. No tengo enredos.  No me asustan los narIzones que quIeren entrar por la puerta, pues más que doncella,  soy una bruja que cuenta cuentos de vIeja, se equIvoca en las cuentas, resta de más, suma de menos y se lleva alguna… Alguna que otra hostIa. Aun así me veo bella. Puede que solo se deba a mIs conjuros, todos recetas ImprovIsadas con los avíos (otra palabra que conocerás) que encuentro al paso: renacuajos de los charcos, corazones de naIpes, raíz de nube, ojos de topa o murcIélagos, la prImera capa de la cebolla, barba de cabra, pluma de “el cuervo” que grazna y huye como alma que lleva el dIablo cada vez que cojo la olla y me da por jugar a las cocInItas. Con todo esto arraso bajo la mIrada atónIta de mI gato que tampoco adIvIna el resultado fInal de alIñar con estas especIas mI caldo.

Como no nos volvemos a encontrar cara a cara, voy ancá la bIblIotecarIa, pero no a la bIblIoteca donde solo es una funcIonarIa del estado y del saber estar, donde el sIlencIo en la sala juzga la apología de mIs guerras, no. Voy a su casa, que es una casIta mata encalada y de ventanas azul añIl a pIe de playa, en el barrIo de los pescadores, donde guarda las mejores letras, las que mIma, las que no clasIfIca nI Intenta encasIllar bajo un nombre, las que no recluye en un pasIllo donde nunca lImpIa el polvo, nI domestIca acarIcIando solo el lomo al tomo en estanterías. Es tontería… Es tontería  que nos toquemos bajo la mesa pudIendo hacerlo encIma de ella mIentras me lee hIstorIas de amas y esclavos, de órdenes y deseos. CambIemos las tornas, sé tú lIberto y yo hetaIra. Y sí, entre el omblIgo y su perdIcIón es donde pIerdo y gano mIs batallas, donde encuentro el pulso y tu latIdo. Bajo la guardIa y sus bragas y me permIto estar más dulce que nunca, admItIr que quIero más. Me asusta que no te asustes, te advIerto que soy mala guía y que cumplo el tópIco de la mujer y la desorIentacIón, por eso aún no me explIco cómo en un Instante he conseguIdo llevarte a un lugar de palabras comunes y de sueños por descubrIr, por eso en lugar de dejarte bajo la ventana en frías noches, te InvIto a pasar dentro. Y sI esto debe ser un punto fInal, nunca lucharé contra él, pero tampoco aprobaré con sufIcIente puntuacIón tu examen de evaluacIón a las chIcas especIales pues pertenezco a las corrIentes, pero no me arrastran nI me hunden, aunque a veces creo que me ahogo por Ir en su contra, por eso dejo este fragmento Inconcluso, sIn punto seguIdo, aparte o fInal; SIn puntos suspensIvos… SIn nI sIquIera, puntos sobre las íes

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