miércoles, 13 de octubre de 2010

11/09/10. De rezos y recetas, de comidas y cagadas.

Cuando me vacilan creo y creo que puedo ganar. Supongo que es de agradecer ese impulso creador que me ha empujado durante algún tiempo, aunque sea con poemas de autoconsumo. Y aquí entra en juego la duda ¿qué sentido tiene un texto si todo aquel que lo lee no le encuentra algún sentido?

Plagiando a Aute en auto de a(u)teísmo, cre-o-raciones en cartas de bares de mala muerte para mi D(yo)S de los tropiezos: D(yo)S entre la D de dios y deseo y la S de ser y sexo que son lo mismo misma-mente.

Encomiéndote al Santo Lorenzo
d’oraciones llenarás las esquinas
y de carne quemada la barriga.
Pues de todas las estrellas yoradas,
guardó la que al peregrino llevara
al portal de mi amada.
Y-oré tras ser penitente (mentira)
para volver a serlo (mentira bis)
pagano politeísta te volviste
y no se cumplió mi Deseo.
D(yo)S se ha cabreado y,
tras comerte el ídolo,
serás tú quien reces
para que no duela
la expulsión de tu reino
cuando llegue la indeterminada
HoráCulo.



No me pongas
aprueba,
opositor o ponente o puesto.
Con tres palabras te tumbo
y de nuevo en suspenso.
El verano liados con la lengua y el sexo
para solo recuperar la literatura y el misterio
y pasar de la asignatura maría,
la ternura.

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